Por Cristian González.
Es la segunda presentada en
Roma, el 24 de mayo en la solemnidad de pentecostés. «¿Qué tipo de mundo queremos dejar a
quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?» (n. 160). Esta pregunta
está en el centro de Laudato si’, la esperada encíclica del Papa Francisco
sobre el cuidado de la casa común.
Nos conduce a interrogarnos
sobre el sentido de la existencia y el valor de la vida social: «¿Para qué
pasamos por este mundo? ¿para qué vinimos a esta vida? ¿para qué trabajamos y
luchamos? ¿para qué nos necesita esta tierra?»: «Si no nos planteamos estas
preguntas de fondo —dice el Pontífice— «no creo que nuestras preocupaciones
ecológicas puedan obtener resultados importantes» dice el pontífice.
La encíclica llamada, San Francisco, en esta él hace un llamado a
una “conversión ecológica” a todos y cada uno, familias, colectivos locales,
nacionales según expresión de san Juan Pablo II, es decir, a «cambiar de ruta»,
asumiendo la urgencia y la hermosura del desafío que se nos presenta ante el
«cuidado de la casa común». Al mismo tiempo, el Papa Francisco reconoce que «se
advierte una creciente sensibilidad con respecto al ambiente y al cuidado de la
naturaleza, y crece una sincera y dolorosa preocupación por lo que está
ocurriendo con nuestro planeta»
![]() |
"La Cuestión ecológica, es cuestión de supervivencia " Papa Francisco |
A continuación le dejamos una capsula, donde el papa Francisco hace un llamado a Cuidar la Casa Común:
Este documento de la enciclica posee los sieguiente capitulos que brevemente hablare un poco de ellos :
Capítulo 1 — «Lo que está pasando a nuestra casa»
El capítulo asume los descubrimientos científicos más
recientes en materia ambienta como manera de escuchar el clamor de la creación,
para «convertir en sufrimiento personal lo que le pasa al mundo, y así
reconocer cuál es la contribución que cada uno puede aportar.
Capítulo 2 — El Evangelio de la creación El relato de la creación es central para reflexionar sobre la relación entre el ser humano y las demás creaturas, y sobre cómo el pecado rompe el equilibrio de toda la creación en su conjunto. «Estas narraciones sugieren que la existencia humana se basa en tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra.
Capítulo
3 — La raíz humana de la crisis
ecológica
Este capítulo presenta un análisis del a situación actual
«para comprender no sólo los síntomas sino también las causas más profundas» en
un diálogo con la filosofía y las ciencias humanas.
Capítulo 4 — Una ecología integral
La ecología integral implica también la vida cotidiana, a
la cual la encíclica dedica una especial atención, en particular en el ambiente
urbano. El ser humano tiene una enorme capacidad de adaptación y «es admirable
la creatividad y la generosidad de personas y grupos que son capaces de
revertir los límites del ambiente.
Capítulo 5 — Algunas líneas orientativas y de acción
Este capítulo afronta la pregunta sobre qué podemos y
debemos hacer. Los análisis no bastan: se requieren propuestas «de diálogo y de
acción que involucren a cada uno de nosotros y a la política internacional.
Capítulo 6 — Educación y espiritualidad ecológica.
El capítulo final va al núcleo de la conversión ecológica
a la que nos invita la encíclica. La raíz de la crisis cultural es profunda y
no es fácil rediseñar hábitos y comportamientos. La educación y la formación
siguen siendo desafíos básicos: «Todo cambio requiere motivación y un camino
educativo» Papa Francisco
Después de la Laudato si’,
el examen de conciencia instrumento que la Iglesia ha aconsejado para orientar
la propia vida a la luz de la relación con el Señor deberá incluir una nueva
dimensión, considerando no sólo cómo se vive la comunión con Dios, con los
otros y con uno mismo, sino también con todas las criaturas y la naturaleza
No hay comentarios:
Publicar un comentario