jueves, 16 de junio de 2016

¡ALARMA SILVESTRE!

Por Alejandra Salazar
Una vez más indagando en los confines de la vida urbana he encontrado un lamentable episodio que la fauna silvestre a cada día sobrelleva, penoso y despiadado es observar como el ser humano con o sin conocimiento del grave perjuicio que generacionalmente se le ha instruido y que poco a poco va debilitando la belleza y el esfuerzo envuelto en un irreprochable carisma que solo estos maravillosos seres pueden concebir, por supuesto todo el mérito se lo llevan los animales que embellecen y trabajan arduamente en los campos que hoy en día nos hemos beneficiados sin darnos cuenta del rol sustancial que ellos asumen.

Desde bellas y pintorescas aves que por alguna razón hoy en día son llamadas “animales ornamentales” (Sig. Objeto o ser vivo que embellece cierto lugar. Que solo deberían de ser los campos) hasta las más atacadas y perseguidas serpientes, refiriéndome por supuesto a las de la clase no venenosas que si no se tiene muy conocido ellas se alimentan de las demás serpientes que si son venenosas y nocivas para el ser humano (Ej. La serpiente Boa no es venenosa y entre sus platillos preferidos esta la temible y venenosa serpiente de Cascabel).

Tomaremos como ejemplo a los lindísimos Chocoyitos que muy fácil se observan enjaulados a cada paso que damos en cualquier ciudad de Nuestra bella Nicaragua, estos animalitos viven dentro de una pequeña y muy reducida cárcel marginada y envuelta en melancolía al ver su vida lamentablemente destrozada.
Si todos los ciudadanos se enterarán que cada una de estas aves son las encargadas de mantener con vida los bosques que han sido desde nuestros nacimientos nuestra única fuente de oxígeno y por ende de vida, no actuarían con tanta discriminación.

La dieta principal de los Chocoyos son las frutas, suponiendo que cada uno de estos seres come como muy mínimo al día una fruta y que de esta deja en el suelo su semilla es igual a decir una plantita sembrada por día, entonces por cada año hay 365 plantas sembradas por Chocoyos las cuales nos aportan oxígeno. En resumidas cuentas calculando un total de unos 1000 Chocoyos viviendo en cautiverio dentro de la ciudad estamos evitando que entren por cada año a nuestros bosques 365,000 árboles nuevos que seguramente remplazarán a los más antiguos.


Concienticemos y dejemos en libertad a los responsables de que hoy en día respiremos aire puro en nuestra bella Nicaragua…


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